lunes, 9 de noviembre de 2009

DÍA DE LA TRADICIÓN - SOCIEDAD PROTECTORA DE GUARDIAS NACIONALES DE QUILMES

El Día de la Tradición se celebra el 10 de noviembre, día que nació el escritor José Hernández, defensor del arquetípico gaucho y autor del inmortal “Martín Fierro”, obra cumbre de la literatura gauchesca; fecha establecida por ley promulgada el 18 de agosto de 1939.-

Su origen se remonta el 28 de Marzo de 1928 cuando se funda la Agrupación llamada BASES, en homenaje al Dr. Juan Bautista Alberdi, “con la intención de contribución al enriquecimiento del intelecto para sobreponerse al materialismo de la época”.
Es ésta, quien el 6 de Junio de 1938 presidida por el Sr. Aurelio Amoedo, quien presenta ante el Honorable Senado de la Nación la nota correspondiente pidiendo que se declare el 10 de Noviembre como “Día de la Tradición”. Tomando este día por el natalicio de José Hernández. La aprobación ante la Cámara de Senadores y Diputados fue unánime, declarada bajo la ley Nº 4756 / 39. La referida ley se originó en el Honorable Senado y fueron sus autores D. Edgardo J. Míguenz y D. Atilio Roncoroni.

Por esta razón es que en el año 1975 se promulga la ley Nº 21154, quien pone en vigencia a nivel Nacional, nuestro "Día de la Tradición"; declarándose también por razónes obvias, a la Ciudad de San Martín como “Ciudad de la tradición”. Considerandola como la cuna de la tradición.

La palabra Tradición deriva del Latín tradere y quiere decir donación o legado. Es lo que identifica a un pueblo y lo diferencia de los demás, es algo propio y profundo, siendo un conjunto de costumbres ritos y usanzas que se transmiten de padres a hijos. Cada generación recibe el legado de las que la anteceden y colabora aportando lo suyo para las futuras. Así es que la tradición de una nación constituye su cultura popular y se forja de las costumbres de cada región.-

Biografía: José Hernández
Hijo de don Rafael Hernández y de doña Isabel Pueyrredón, José Hernández nació el 10 de noviembre de 1834 en la chacra de su tío, Don Juan Martín de Pueyrredón, antiguo Caserío de Pedriel, hoy convertida en el Museo José Hernández (Partido de San Martín).
Este argentino nativo expresó diferentes talentos a lo largo de su vida: fue poeta, periodista, orador, comerciante, contador, taquígrafo, estanciero, soldado y político.
Comenzó a leer y escribir a los cuatro años y luego asistió al colegio de don Pedro Sánchez.
En 1843, cuando su madre falleció, su padre, que era capataz en las estancias de Rosas, lo llevó a vivir al campo por recomendación médica, ya que, a pesar de su juventud, se encontraba enfermo.
En el entorno campestre, José Hernández tomó contacto con gauchos e indios. Debido a su proximidad con ellos, tuvo la oportunidad de conocer sus costumbres, su mentalidad, su lenguaje y su cultura. Aprendió a quererlos, a admirarlos, a comprenderlos, y también, a entender sus dificultades en la vida cotidiana.
En marzo de 1857, poco después de fallecer su padre –quien fue fulminado por un rayo-, se instaló en la ciudad de Paraná. Allí, el 8 de junio de 1859, contrajo matrimonio con Carolina González del Solar. Tuvieron siete hijos.
Inició su labor periodística en el diario "El Nacional Argentino", con una serie de artículos en los que condenaba el asesinato de Vicente Peñaloza. En 1863 estos artículos fueron publicados como libro bajo el título "Rasgos biográficos del general Ángel Peñaloza".
En el orden legislativo se desempeñó como diputado, y luego, como senador de la provincia de Buenos Aires. Tomó parte activa con Dardo Rocha en la fundación de La Plata y, siendo presidente de la Cámara de Diputados, defendió el proyecto de federalización por el que Buenos Aires pasó a ser la capital del país.
En 1869 fundó el diario "El Río de la Plata", en cuyas columnas defendió a los gauchos y denunció los abusos cometidos por las autoridades de la campaña. También fundó el diario "El Eco" de Corrientes, cuyas instalaciones fueron destruidas por adversarios políticos. Colaboró además en los periódicos "La Reforma Pacífica", órgano del Partido Reformista, "El Argentino", de Paraná y "La Patria", de Montevideo.
En el orden militar actuó en San Gregorio, en El Tala e intervino en las batallas de Pavón y de Cepeda. Luchó además junto a López Jordán en Entre Ríos.
Debido a los continuos enfrentamientos civiles durante los años '50 y '60, se vio obligado a viajar y trasladó su residencia a menudo. Vivió en Brasil, en las provincias de Entre Ríos y Rosario de Argentina y en Montevideo (Uruguay). En 1870, al fracasar una revolución, tuvo que volver a Brasil. Dos años después, gracias a una amnistía que paró la violencia, pudo volver al país.
El 28 de noviembre de 1872, el diario "La República" anunció la salida de "El Gaucho Martín Fierro" y, en diciembre, lo editó la imprenta La Pampa.
Este poema de género gauchesco se convirtió en la pieza literaria del más genuino folclore argentino y fue traducido a numerosos idiomas.
El libro es considerado la culminación de la llamada "literatura gauchesca" y es una de las grandes obras de la literatura argentina. En él, Hernández rinde homenaje al gaucho, quien aparece en su ser, en su drama cotidiano, en su desamparo, en sus vicisitudes y con sus bravuras.
Su inesperado éxito entre los habitantes de la campaña lo llevó en 1879 a continuarlo con "La vuelta de Martín Fierro", edición ilustrada por Carlos Clérice.
En 1881, publicó su obra "Instrucción del Estanciero". El 21 de octubre de 1886 murió en su quinta de Belgrano. Sus últimas palabras fueron: "Buenos Aires... Buenos Aires...".

El Martín Fierro narra la incorporación forzada del protagonista al ejército, la huida y su amistad con Cruz. Todo el poema está impregnado de denuncia social y encierra grandes verdades políticas como la falta de educación, la mala organización judicial y militar, la deficiencia de la policía rural y, sobre todo, un profundo resentimiento de la clase popular de campaña contra las clases urbanas. El lenguaje del libro es un claro exponente del habla rural.

LA SOCIEDAD PROTECTORA DE GUARDIAS NACIONALES DE QUILMES
A través de su periódico denuncia con persistencia la injusticia que se cometía con el hombre argentino. Tema que alertaba a toda la prensa de la época como sucedió con el “Correo español” que advertía que no se arrastrara a las fronteras a ningún súbdito español.
Sobre los contingentes, dijo: “... este borrón sobre el nombre argentino; el modo en que se práctica en toda la campaña la reunión de hombre para los contingentes, es una verdadera afrenta para nosotros”.
Si bien el país, en esas circunstancias históricos, necesitaba una milicia armada, no se justificaban los abusos y las represalias que se cometían.
Desde El Progreso convocó a la población para formar una comisión de vecinos que reúnan, mediante contribuciones, sumas mensuales por suscripción pública con las que pagar a personeros, que voluntariamente sustituyan a los vecinos convocados para guardias nacionales; liberándolos del azote de separarlos de sus familias, su trabajo, sus posesiones. Evitando de esta manera que se envíe a la frontera a hombres de trabajo y con familia. 
La Sociedad Protectora de Guardias Nacionales se crea en junio de 1873.

La función de personero se venía realizando desde más de diez años atrás. En el periódico El Nacional, de 1865, aparecenvarios pedidos para suplantar a otros en la milicia.
Wilde fue miembro activo y responsable de dicha Sociedad. Tanto en El Progreso, en un primer momento, como luego en las páginas de El Quilmero de 1876 se aprecia su juicio contrario a las levas, “ [...] que en algunas oportunidades se hacían irrumpiendo con violencia en las casas de las familias y arrastrando a los hombres hasta maniatados. Si no se resignaban a la nueva situación eran estaqueados hasta que doblegaban su indignación y aceptaban el cruel destino. Las mujeres y los hijos quedaban a merced de sí mismos, y de inescrupulosos que terminaban apoderándose de sus tierras, llevándose a las niñas para tareas domésticas y a los muchachos como peones a las estancias más alejadas hacia el sur, casi en condición de servidumbre.”
Wilde denunció sin tapujos a los jueces de paz y los comandantes de policía que tomaban represalias con los vecinos que no los votaban amenazándolos con las levas, para perpetuarse en el poder como en un señorío feudal con idénticas prerrogativas (hasta el derecho de pernera)

El miércoles 6 de agosto de 1873 en el Hotel Argentino, frente a la plaza principal (San Martín) reunió a un grupo de vecinos y quedó formado la comisión “... que corriera con todos los trámites y formalidades para lograr por medio de un fondo salvar del Contingente...” Luego se elaboró un reglamento.
El Martín Fierro que aparece en 1872, denuncia las mismas injusticias. Muchos hombres públicos de la época adscribieron a la denuncia de José Hernández, Wilde entre ellos, que seguramente conoció su obra, y combatió las levas como una mancha en la democracia incipiente y su prédica a favor del gaucho víctima del autoritarismo fue constante, persistente y fructífera.
En 1869 escribe Hernández. “Qué se consigue con el sistema actual de los contingentes? Empieza por introducirse una perturbación profunda en el hogar del habitante de la campaña. Arrebatado a sus labores, a su familia, quitáis un miembro útil a la sociedad que lo reclama, para convertirlo en un elemento de desquicio e inmoralidad. No se miden todas las consecuencias de un acto semejante de arbitrariedad, de despotismo, que no por estar consagrado por la costumbre en menos violento y menos vejatorio para la condición del ciudadano.¿Qué tributo espantoso es ese que se obliga a pagar al poblador del desierto?...

A poco de crearse la Sociedad Protectora su sobrino el Dr. Eduardo Wilde, director del diario La República de la ciudad de Buenos Aires, se unió al reclamo que en Quilmes inició José Antonio.
El 9 de marzo de 1876 la Sociedad de Protección Mutua llama a sus asociados para liquidar sus existencias.
Dice El Quilmero: "Existiendo en tesorería la cantidad de 9960 pesos moneda corriente, remanente del gasto en personeros para los contingentes de la frontera y deseando que los socios determinen el destino que debe darse a dicha cantidad, se convoca a asamblea general para una reunión que tendrá lugar el domingo 19 del corriente a las 12 del día en el salón municipal. Previniéndose que cualquiera sea el número de personas que asistan se determinará lo que la mayoría crea conveniente." Firman José A. Wilde, presidente y Juan S. Lechiguero, secretario.

Nota de El Quilmero N° 33- Quilmes, Jueves 23 de marzo de 1876.- SOCIEDAD PROTECCIÓN MUTUA. “En el mes de junio del año 73, nuestro ilustrado antecesor, El Progreso de Quilmes decía, impresionado por el doloroso efecto que causaba al vecindario ver marchar, a formar los contingentes, a muchos vecinos de Quilmes que se veían obligados a abandonar sus familias y a dejar ‘huérfanas’ sus tiernas criaturas:
‘Por dios aflige el pensar que con un solo peso mensual con que contribuyera cada padre de familia o jefe de casa, por cada habitante de ella, bastaría para impedir que no sacasen de Quilmes un solo guardia nacional. De esto se ocupó en lo sucesivo el periódico (El Progreso); de tan generosa idea y al fin obtuvo su realización formándose la Sociedad de Protección Mutua, cabiéndole la gloria de redimir de esa especie de condenación de hombre de bien a su perdición, que en nuestra campaña se llama servicio de contingentes, a más de un honrado y laborioso vecino, a más de un cariñoso padre de familia a quien se le ordenaba abandonar su humilde, pero tranquilo hogar. Y Quilmes (fue) el único departamento de la vasta provincia de Buenos Aires que contó en su seno una asociación tal. Al sancionarse la abolición de ese servicio la Sociedad de Protección Mutua creyó innecesario su continuación y aunque tácitamente por el convencimiento de cada uno de que no existiendo ya el servicio de contingente aquella asociación no tenía objeto, cayó en desuso, hasta el domingo anterior en que invitado el vecindario resolvió su comisión directiva [...] por autorización de los socios presentes depositar a intereses en manos de la municipalidad de Quilmes si ella acepta la existencia de 9.900 pesos que esa sociedad conserva en caja. Se resolvió además reinstalar la asociación con las personas que de las presentes quisieran formar parte de ellas, inscribiéndose como miembro el Dr. José Antonio Wilde, Andrés Baungart, Miguel Arce, Mariano Otamendi, Felipe Amoedo. J. S. Lechiguero, Mariano Solla, P. Giménez, M. Cristoforetti, Carlos Clark, Félix y Celestino Risso, Mariano Rodríguez (el preceptor), Juan Ithuralde, J. Matienzo, Emiliano Reina, Francisco Lanatta, Publio Massini, Ventura Martínez, Ezequiel Navarro. Esos 19 individuos que se inscribieron en aquel acto para formar la Sociedad de Protección Mutua procedieron enseguida a elegir una comisión directiva, resultando electos: Matienzo, Amoedo, Solla, M. Otamendi, Lechiguero. Este último fue designado secretario recaudador. Como se ve, por este resultado de la reunión, el servicio de contingente no le arrebatará a Quilmes, mientras esta asociación exista, un solo de sus vecinos útiles, honrados o laboriosos.”

Tomado de
“Dr José Antonio Wilde – médico, periodista y educador quilmeños”
De Chalo Agnelli
Ed Jarmat – 2008
En las librerías El Monje y Ramos.

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