domingo, 6 de agosto de 2017

TIPOS POPULARES DE UN QUILMES DE FIN DE SIGLO (XIX)



En todos los pueblos en todas las épocas hubo personas particulares, es decir, con algunos rasgos notorios que los hacían interesantes o que atraían la atención ajena más que algunos que atravesaban calladamente la vida. Don Manuel Ales pintó algunos de esos personajes que habitaron nuestro Quilmes entre el cruce de dos siglos el XIX y el XX.
En ese entonces era más fácil distinguirlos pues la población era muy reducida en cantidad, hoy entre los cerca de 600.000 habitantes que habitan el Partido sería muy difícil hacer un aporte como el de “Quilmes fin de siglo” de donde se tomaron los siguientes párrafos. Aunque quizá se podrían distinguir por localidad o por barrio mejor… ¿¡Cuál es el personaje popular de tu barrio!?
Pero vayamos a estos lejanos en el tiempo:
TIPOS POPULARES
Pepe Silva vivía a media cuadra de Humberto Primo (trenzador, [1] ex calle Progreso o N° 18, vereda sur) entre Sarmiento y Paz. Era un borracho consuetudinario y siempre lo acompañaba un perro de talla mediana, pelo negro y blanco, al que llamaba "palomo". Cuando tumbado por el alcohol, caía dormido en cualquier parte, el perro se echaba junto a él y no permitía que alguien lo tocase.
En la Ribera, cerca de los puentes sobre el Arroyo Manzano, tenía su boliche Juan Cuitiño, [2] quien acostumbraba golpearse su voluminoso vientre, al que hacía sonar como un bombo, al tiempo que gritaba “¡Viva Alem, muertos de hambre; yo, el sarnoso Cuitiño!”. Otro hombre famoso por su gran vientre, que le valió el apodo de "Juan Pipa", era un jardinero de Necol (esquina SE de la esquina de Sarmiento y Videla, él vivía a mitad de cuadra sobre Sarmiento en la cochera)
Cuando se oía gritar a los muchachos, "Salta Perico", era porque allí andaba un hombre medio tonto que tenía la costumbre de ir dando saltos, apoyándose en un largo palo que llevaba al efecto. Siempre tenía una bolsa al hombro y en ella, además de quién sabe qué otras cosas, llevaba trozos de alambre con los que hacía "agujas de deschalar",[3] que ven­día para lograr algún dinero.
En la Ribera, como a mitad de distancia entre la Avenida Otamendi y el bal­neario (actuales),  se levantaba el rancho de "don Juan de los cajones". Era un pescador "con espinel", que venía al pueblo a vender su pesca, utilizando para ello unos cajones colocados a los lados del lomo de su caballo, al que traía del cabestro. Por esa forma de transportar el pescado es que le venía el apodo.
En la esquina NO de Alsina y Brown, vivía Juana Martínez (a) “la loca Mar­tínez”, llamada así por haber sufrido en una ocasión un ataque de enajenación mental. Era una mujer trabajadora, que confeccionaba cajitas, alhajeros, relojeras, almohadillas, etc., que adornaba con flores artificiales, hechas a su vez con escamas de pescado. El trabajo era prolijo y vistoso, y de su venta, obtenía medios para vivir.
El "negro Roldán" era un ex sargento del ejército, que vivía en Conesa (N) entre Mitre y Sarmiento. Trabajaba de "remendón", pero la fama le venía de su reconocida habilidad para tocar el tambor, razón por la cual era muy disputada su participación en las comparsas del carnaval (Un hijo de este personaje se crió en la casa de la familia Escobar. Era alto y corpulento. Trabajó toda su vida en la cochería de esa familia hasta avandazada edad, conducía los coches fúnebres con jaqué y galera. Ya septuagenario dejó su trabajo, pero permaneció junto a los Escobar hasta su muerte (1965 circa) Todas las tardes de buen tiempo se sentaba en la plaza San Matín a fumar un "avanti" y observar pasar la gente, no hablaba a nadie.)
Compilación, compaginación y notas Chalo Agnelli
NOTAS


[1] Los trenzadores hacían trenzas con cuero crudo "Es el procedimiento por el cual se le quita a un tiento o tira de cuero, el filo de sus bordes. Esta operación se realiza de la siguiente manera: se sujeta el cuero a trabajar desde uno de los extremos y se lo aprieta entre ambas manos, una de las cuales sostiene al cuchillo cuya hoja termina apoyándose sobre el dedo índice de la otra mano. Luego se hacen deslizar ambas manos sin cambiar la posición inicial, mientras el filo del cuchillo ataca el borde deseado. [...] Luego lo desata para atarlo del otro extremo, y procede a desvirar las aristas restantes" de “La Artesanía tradicional del cuero en la Mesopotomia Argentina”, de Ángel Fontana (1988)
[2] Soltero. Hijo de Ciríaco, el mazorquero. Vivía con su hermano Antonio, la mujer de este Manuela Fuertes, santafecina, y la hija de estos Petrona.
[3] Sacar la chala del maíz.

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